12 de mayo 2020 / COVID-19 / Cumplimiento
I. Introducción
Existen diversas situaciones que ponen en peligro la continuidad de una Persona Jurídica, situaciones que muchas veces no se pueden prever o aun previéndolas no se pueden evitar, tal es el caso de la Pandemia de COVID-19 que se está enfrentando el día de hoy.
El Gobierno Corporativo como una rama esencial de la Persona Jurídica enfrenta retos ante dicha contingencia, pues las Sociedades Mercantiles se ven afectadas directamente, tanto en capital, como en trabajo. Lo que a su vez genera un impacto importante en la economía ya no local, sino nacional e internacional.
Sin embargo, el mismo Gobierno Corporativo puede ser la clave esencial para el desarrollo correcto de una empresa y más importante aún, la vida de la misma.
A continuación, se presentan una serie de retos y soluciones que se pueden implementar en la normatividad regulatoria de una empresa para contrarrestar los efectos de la contingencia sanitaria actual, así como para futuras situaciones semejantes.
II. Antecedentes
El Covid-19 fue notificado por primera vez en Wuhan, China el 31 de diciembre de 2019, de ahí su nombre; CO de Corona debido a que el virus parece una corona, VI de Virus y D de disease.[1]
El 31 de diciembre China notifica un conglomerado de casos de neumonía en Wuhan, sin embargo, es hasta después que hace de conocimiento a la Organización Mundial de la Salud que estos casos son debidos a un nuevo Coronavirus.
El 13 de enero de 2020 se confirma oficialmente el primer caso de COVID-19 fuera de China, el cual fue encontrado en Tailandia. Sin embargo, no es hasta el 22 de enero de 2020 que la Organización Mundial de la Salud emite una Declaración en la que afirma que se ha demostrado la transmisión entre seres humanos en Wuhan.
El 30 de enero el Director General de la Organización Mundial de la Salud convoca un Comité de Emergencias para evaluar si el brote constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional, por consiguiente, los países acuerdan que se establezca que el brote constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional.
El 3 de marzo la Organización Mundial de la Salud publica el Plan Estratégico de Preparación y Respuesta de la comunidad internacional para ayudar a los Estados con sistemas de salud débiles. No es hasta el 11 de marzo de 2020 que la Organización Mundial de la Salud determina que el COVID-19 puede ser una pandemia.[2]
En consecuencia, alrededor del mundo se empezaron adoptar medidas para contener el virus, pues derivado de las fases establecidas por la Organización Mundial de la Salud, son las acciones que los Estados deberían de tomar al respecto. Éstas iniciaron con recomendaciones de lavado de manos, uso de cierto equipo y fueron evolucionando hasta lo que llamamos cuarentena.
Por consiguiente, se tuvo afectaciones en muchos ámbitos, entre ellos el económico, el laboral y el social. Como resultado tenemos una gran problemática en el área corporativa, pues esto significa cambios en la estructura y funcionamiento de la empresa, no solo para contener la propagación del virus, sino también para la continuidad de los negocios de la empresa.
III. Gobierno Corporativo
De acuerdo con Vázquez-Palma por gobierno corporativo debemos entender el modo en que las empresas son dirigidas y controladas; son las normas, principios y procedimientos que regulan la estructura y el funcionamiento de los órganos de gobierno de una sociedad mercantil.[3]
En él se lleva inmerso las relaciones entre la junta directiva, el consejo de administración, los accionistas y demás partes, entendiéndose como empleados, proveedores, etc. Por lo que se estipulan las normas de las decisiones sobre la sociedad mercantil.
Pero, ¿en qué ayuda el Gobierno Corporativo? Nos ayuda en primer lugar, a un correcto funcionamiento de la empresa y; en segundo lugar, nos ayuda a generar valor en nuestra empresa, pues al tener un buen funcionamiento, generamos credibilidad y estabilidad, lo que a su vez se refleja en confianza con nuestros clientes y empleados.
IV. ¿Qué deben establecer nuestras normas de Gobierno Corporativo?
- La forma en que se deben de tomar las decisiones de la empresa.
- Las políticas corporativas, ya sean inversiones, fusiones, adquisiciones, nombramientos, etc.
- Los mecanismos de control sobre el correcto ejercicio de la dirección de la empresa, con la introducción de un plan.
- El cumplimiento de estas normas o compliance, que son el establecimiento de políticas y procesos para garantizar que las personas y órganos de gobierno de una empresa cumplan con el marco normativo.
Ahora bien, de conformidad con lo establecido, podemos observar que existen varios problemas en relación a una pandemia y en este caso con el COVID-19.
En primer lugar, el problema deriva en la toma de decisiones. Los Estados al tomar medidas como la cuarentena genera que las empresas tengan que establecer decisiones de mercadeo, de inversión, de contratación, de incapacidades, de juntas, de comités, etc. Es decir, representa un cambio temporal significativo en la empresa, pues ello supone incluso parar operaciones.
En segundo término, los mecanismos de control del ejercicio de la empresa y por ende sus planes, se ven afectados totalmente, pues las estrategias que se tenían pensadas se tienen que cambiar a enfrentar la contingencia sanitaria, ya que lo prioritario es implementar las acciones de la contingencia en nuestro Gobierno Corporativo sin poner en riesgo nuestro mercado y operaciones.
Derivado de lo anterior, como tercer punto se ve afectado el compliance, pues al cambiar los planes, se deben de cambiar las reglas internas de la empresa, lo que a su vez en un primer momento puede significar una confusión e incluso incumplimiento por parte de los colaboradores de la Sociedad.
En conjunto, estos tres puntos representan un problema mayor, lo que se traduce al desarrollo e incluso la vida de la empresa. Como podemos observar, el Gobierno Corporativo al ser un elemento esencial de la empresa, genera que la contingencia sanitaria represente un nuevo reto interno y externo de la Sociedad.
V. Áreas de Oportunidad
A continuación, se ejemplifican los problemas antes descritos y a su vez se profundiza su análisis.
Como ya vimos, el primer reto al que nos enfrentamos es la toma de decisiones. Una empresa vive de sus decisiones, una correcta decisión puede significar la captación de inversiones o potenciales clientes, puede significar también un buen estado de ánimo en nuestros empleados. Debemos de recordar que una empresa como una unidad de organización requiere de dos factores: capital y trabajo. Entendiéndose como los bienes y derechos, éstos segundos en relación con las actividades que le prestan a sus semejantes (empleados, proveedores y clientes).[4]
Entonces nos encontramos con el primer problema, pues debido a la contingencia sanitaria debemos de adoptar medidas como lo es el Home-office, lo que significa un gran cambio en las operaciones empresariales, pues debemos tener en cuenta que si tenemos nuestras reglas bien establecidas, estas en una gran parte están encaminadas a que se cumplan dentro de nuestra empresa, entendiéndolo como el lugar de trabajo, por lo que debemos saber lo que conlleva esta decisión, ya que pueden pasar dos situaciones: la primera es que la productividad del trabajador incremente y la segunda, todo lo contrario, que el trabajador baje su productividad. Es importante señalar que la segunda es más posible, pues la contingencia afecta a todos, por lo que el trabajo en general tiene la tendencia a bajar.
Otra decisión y muy importante es establecer si la empresa tiene que parar, ya sea debido a su giro o por seguridad del capital de trabajo. Esta decisión es muy delicada, pues supone que se pierdan ganancias, proveedores, mercado, incluso en algunos casos clientes, trabajadores y si no adoptamos algunas medidas en nuestro Gobierno Corporativo, podemos perder mucho valor.
En cuanto al problema derivado de los mecanismos de control de la empresa, se nos presenta un escenario en que el control de nuestra organización va a ser diferente, pues debemos de coordinarnos de manera distinta a la que teníamos. Tomando el ejemplo del Home-Office, no es lo mismo coordinar a las personas que se relacionan en nuestra empresa físicamente que estando a distancia, si bien existen herramientas virtuales, estas no tienen el mismo impacto que generar mecanismos de control físicos, desde una llamada de atención hasta juntas corporativas.
Por lo que se refiere a compliance, ésta es un área de oportunidad enorme, pues son las políticas y procesos para garantizar el cumplimiento de nuestras reglas corporativas. Como se establece anteriormente, las reglas van encaminadas a que se cumplan en el lugar de trabajo o en situaciones en las que ya sea el consejo de administración o los empleados tengan interacciones, sin embargo, al no tener esta interacción física, las relaciones deben de cambiar y por tanto las maneras de trabajar.
Los dos puntos anteriores son la raíz de nuestro problema, pero también de nuestras soluciones.
Ahora bien, los anteriores problemas son inherentes a nuestra empresa, es decir, si bien se origina por la contingencia, son problemas que debemos solucionar nosotros, aunque no los creamos, podemos controlarlos, pero ¿qué pasa con aquellos que son externos a nuestra organización?
Tal es el caso que se está observando en varios países, pero pondremos el ejemplo de México.
Desde el 27 de marzo de 2020, se publicaron una serie de acciones extraordinarias para hacer frente a la contingencia sanitaria, a su vez en dicho Decreto se establece que la Secretaría de Salud tendría la facultad de generar otras acciones que a su consideración se deban implementar, sin embargo, éstas iban encaminadas al sector público nada más[5]. Posteriormente, el 31 de marzo de 2020, en el Diario Oficial de la Federación, la Secretaría de Gobernación publicó un Acuerdo de la Secretaría de Salud en el cual se establece lo siguiente:
“… ARTÍCULO PRIMERO.- Se establece como acción extraordinaria, para atender la emergencia sanitaria generada por el virus SARS-CoV2, que los sectores público, social y privado deberán implementar las siguientes medidas:
I.-Se ordena la suspensión inmediata, del 30 de marzo al 30 de abril de 2020, de las actividades no esenciales, con la finalidad de mitigar la dispersión y transmisión del virus SARS-CoV2 en la comunidad, para disminuir la carga de enfermedad, sus complicaciones y la muerte por COVID-19 en la población residente en el territorio nacional;…”[6]
Como podemos observar las actividades no esenciales se ven suspendidas hasta nuevo aviso, por lo que varias de las empresas se ven afectadas, pues ello supone el paro definitivo de sus actividades. Lo anterior se refleja en un gran problema, pues como ya mencionamos anteriormente, este problema no lo podemos controlar nosotros, es externo a nuestro Gobierno Corporativo y lo debemos acatar. Asimismo, significa que se tiene que llevar a cabo una serie de acciones que nos establecen diferentes leyes, ya sean laborales, de seguridad social, mercantiles y civiles.
VI. Recomendaciones
Las recomendaciones y en su caso soluciones las podemos resumir en tres.
La primera es la prevención, si bien es cierto para algunas empresas es muy tarde esta acción, también lo es que esta no va a ser la primera ni la última contingencia que vaya afectar a nuestra empresa, por lo que se recomienda tener un apartado en nuestras normas corporativas que prevenga este tipo de situaciones partiendo de la interrogante de ¿cómo cambiar nuestras políticas y procedimientos normativos internos? En primer lugar, debe estar la forma en que se cambiarán las normas corporativas, dado que, estas deben ir encaminadas a la par de la contingencia, es decir, el cambio debe contemplar la misma gradualidad del problema, pues al establecer normas en el momento o sin prever sería contraproducente ya que ello significaría una improvisación lo que a su vez generaría la dificultad de implementar dichas reglas. Para ello, se deben analizar los distintos ordenamientos nacionales e internacionales para saber cuáles son las acciones preestablecidas a tomar en diversas situaciones de contingencia, para así relacionarlas con nuestras reglas corporativas y tener la misma gradualidad que los ordenamientos. Dicho lo anterior, al crear las normas corporativas con gradualidad y anterior a la contingencia, tendríamos los siguientes beneficios:
- Cambio en nuestras políticas de organización;
- Cumplimiento regulatorio adecuado;
- Mayor control de la situación, incluso si es inherente a nuestra organización;
- Se genera confianza frente a nuestros clientes, proveedores y empleados, pues ello supone que sabemos qué hay que hacer y qué vamos hacer, por lo que se reduce la incertidumbre;
- Prevenimos cualquier percance que se pueda suscitar; y
- La empresa reduce su pérdida de valor e incluso si las medidas son las correctas y se implementan de conformidad con todo lo establecido podemos generar más valor.
En un segundo término es el cambio en sí de nuestras políticas, estas deben de ir encaminadas a contrarrestar los cambios que suponen la contingencia y contemplar la forma de trabajo y sus relaciones, así como tener medidas extraordinarias dentro de estas en caso de cambios oficiales por parte del Estado que puedan suponer afectaciones a nuestra empresa que no podamos prevenir. Es importante señalar que esta nueva normatividad no solo debe ser usada en caso de contingencia sanitaria, sino también económicas, o casos de fuerza mayor o fortuitos, los cuales son aquellos que por la naturaleza o del hombre son situaciones cuya realización está fuera del dominio de la voluntad, pues no se pueden prever o, aun previendo no se pueden evitar.[7] De esta manera vamos reduciendo el grado de riesgos de nuestra empresa, aunado a que no tomaría por sorpresa nuestros cumplimientos regulatorios, empresariales, laborales y demás obligaciones.
En un tercer punto tenemos la manera de garantizar las normas establecidas, es decir, el compliance, este lleva relación con lo anteriormente mencionado, pero este supone una etapa posterior, pues de nada sirve tener el marco normativo si este no se cumple o es imposible cumplirlo, por lo que la empresa tiene que adecuar el cumplimiento a dichas reglas. La garantía de cumplimiento debe ser posible y sobre todo adecuada, debe tener los mecanismos de control para dichas situaciones en específico y no en general, debe existir una relación entre la conducta y la normatividad (hecho-derecho).
Por otra parte, tenemos los problemas externos a la empresa, como ya se dijo suponen situaciones que no podemos controlar, entre ellas la suspensión de nuestras actividades. Para este problema, las recomendaciones que podemos hacer son las que acabamos de describir en los párrafos anteriores, así como tratar de prevenir las diversas situaciones que se pudieran dar en un apartado diverso a nuestra normatividad general, pedir asesoría profesional, pues esta situación genera el posible incumplimiento de obligaciones, las cuales se pueden atenuar si tenemos contempladas diversas acciones en nuestra normatividad interna, tener una reserva para el cumplimiento de obligaciones contractuales en materia laboral, tener comunicación constante con los clientes y proveedores y adecuar las reglas internas con las Leyes aplicables o que prevén contingencias.
VII. Conclusión
Los retos originados por la contingencia sanitaria del COVID-19 representan un claro punto de oportunidad, pues si bien es cierto se generan nuevos problemas, también lo es que en la medida que nosotros prevengamos los mismos podemos generar valor a nuestra empresa, al tener establecidos perfectamente los procedimientos y directrices a tomar, generamos confianza ante nuestros clientes primordialmente, nuestro capital de trabajo y demás terceros con los que intervengamos.
A su vez es importante destacar la importancia de establecer dichas reglas, pues además de generar confianza, no desestabiliza los procesos internos de la empresa, lo cual permite la reducción de pérdidas, aunado a que estaríamos cumpliendo efectivamente las regulaciones aplicables de las autoridades competentes.
Contacto
Para mayor información con relación a lo anterior, favor de contactar a cualquiera de los siguientes miembros de BGBG:
Miguel Gallardo Guerra
Samuel Uziel Rivero Prado
Mario Arturo Preciado Alonso
[1] Significa “enfermedad” en su traducción al español.
[2] Organización Mundial de la Salud. (2020). COVID-19: cronología de la actuación de la OMS. Recuperado de https://www.who.int/es/news-room/detail/08-04-2020-who-timeline—covid-19
[3] Vázquez-Palma, María Fernanda & Vidal-Olivares, Álvaro, Aplicación de los principios de gobiernos corporativos a sociedades no cotizadas en Chile. Una aproximación desde el derecho societario europeo y comparado, 133 Vniversitas, 383-444 (2016). http://dx.doi.org/10.11144/Javeriana.vj133.apgc
[4] ARIAS PURÓN, Ricardo., (2015). Derecho Corporativo Empresarial, Ciudad de México, México: Grupo Editorial PATRIA.
[5] DECRETO por el que se declaran acciones extraordinarias en las regiones afectadas de todo el territorio nacional en materia de salubridad general para combatir la enfermedad grave de atención generada por el virus SARS-CoV2 (COVID-19). Diario Oficial de la Federación, Ciudad de México, México, 27 de marzo de 2020.
[6] Acuerdo por el que se establecen acciones extraordinarias para atender la emergencia sanitaria generada por el virus SARS-CoV2. Diario Oficial de la Federación, Ciudad de México, México, 31 de marzo de 2020.
[7] Portilla, Ruy-Diaz & Aguilar, S.C. (8 de abril de 2020). Cámara de Comercio del Canadá. Videoconferencia llevada a cabo por Skype Empresarial.